martes, 22 de mayo de 2007

los dos hombres que todos tenemos dentro

"Es algo hermoso esto de la autosatisfacción, la falta de preocupaciones, estos días llevaderos a ras de tierra, en los que no se atreven a gritar ni el dolor ni el placer, donde todo no hace sino susurrar y andar de puntillas. Ahora bien, conmigo se da el caso, por desgracia, de que yo no soporto con facilidad precisamente esta semi satisfacción, que al poco tiempo me resulta intolerablemente odiosa y repugnante, y tengo que refugiarme desesperado en otras temperaturas, a ser posible por la senda de los placeres y también por necesidad por el camino de los dolores. Cuando he estado una temporada sin placer y sin dolor y he respirado la tibia e insípida soportabilidad de los llamados días buenos, entonces se llena mi alma infantil de un sentimiento tan doloroso y de miseria que al dormecino dios de la semi satisfacción le tiraría a la cara satisfecha la mohosa lira de la gratitud, y más me gusta sentir dentro de mí arder un dolor verdadero y endemoniado que esta confortable temperatura de estufa."

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Tengo que decir yo también este?
¿ess que no hay nadie man que lo vaya a saber?
:)

Fabricio del Dongo dijo...

jajaja

sabía que lo acertarías

ya te vale! cuando tenga más tiempo te l pondré más dificil. aunque no se trata de eso; la idea es poner lo que me gusta

Fabricio del Dongo dijo...

bueno mari pili, lo de antes no sería un farol, no? a este paso se te va a adelantar alguien

Anónimo dijo...

Hola, paso por aki a ver si habías dejado algo, veo que no, leo la reflexión de un hombre lobo que conoció el tearo del mundo, recuerdo la reflexión de otro hombre más moderno: "necesito guerra en mi interior"
Un abrazo